El mar en invierno.

Intento dormir, aterida de frío, en un apartamento rodeado de cientos de apartamentos vacíos, en una ciudad vaciada por el invierno.

Al final resultó no tener sangre de horchata.

Al final resultó tener un par de cojones y mirar al frente sin decir ni mu mientras todos a su alrededor nos íbamos mustiando viéndolo así.

Sinceramente, estoy hasta los cojones.

Comentarios

Flag Counter

Entradas populares