Las mala costumbre, Alana S. Portero

Escuché a Alana S. Portero en Saldremos Mejores hace unos meses y muchas de las cosas que dijo me gustaron. Apunté su libro en mi lista de libros por leer y quedó olvidado como tantas otras cosas en la desmemoria de menopausia. Acudí a esa lista en Navidad y me decidí a comprar el libro sin recordar por qué lo había apuntado, pero con la intuición de que no me equivocaría.

Alana S. Portero es medievalista. Este dato no es meramente biográfico. Si una es medievalista es por algo. Solo quien ha leído miles de libros, y cree en ellos, puede escribir como si los libros estuvieran en una, como si le pertenecieran, aunque los haya escrito Homero, Garcí Rodríguez de Montalvo o Sor Juana Inés de la Cruz.

En un momento en el que dicen que la narrativa autoficcional o autorreferencial está acabada, viene A. S. Portero a desmentir la penúltima estupidez de los gurús literarios. 

Alana S. Portero convierte su historia personal en el territorio de la quimera, donde habitan los monstruos propios y ajenos dialogando con todos los monstruos propios y ajenos de los libros leídos. 

Portándolos como un amuleto, emprende el clásico viaje épico del descenso a los infiernos, que nos cautiva con la misma fascinación que siempre nos causaron los relatos de la aventura sentimental. Lloré como una magdalena.

Qué joya.

(También leí a P. Leimatre, tan recomendado. Qué cosa tan mala)