Patrimonio, Philip Roth

Al ponerme a escribir sobre Patrimonio me doy cuenta de que leí el año pasado El mal de Portnoy y no reseñé nada.

Si se han leído ambas obras es casi imposible no viajar de la una a la otra conforme avanza la lectura. Mientras que Portnoy es radical y paródico consigo mismo y con sus progenitores, el Philip Roth de Patrimonio es una especie de cliché del buen hijo. 

La novela me ha decepcionado bastante, tiene cosicas muy Roth que siempre gustan, pero el tono y el compromiso moral de los personajes entre sí me han sonado a tomadura de pelo.

Entiendo que Roth necesitara escribir con cierta solemnidad sobre un acontecimiento tan importante como la "muerte del padre", se acepta, pero no es el Roth que yo prefiero. 

Me gusta mucho más el Roth de la sangre y la bilis, el del sexo y la verdad desnuda.


Comentarios

Flag Counter

Entradas populares