Quiralidad

Hoy he tenido que mirar de frente un espejo para ver el reflejo de una imagen que estaba a mi espalda. El juego especular me devolvía una imagen de mí misma que siempre he querido, incluso cuando aún no sabía que la quería. 

Es verdad que ellos y yo formamos una imagen especular que no es superponible, pero siempre nos gustó el juego imperfecto de simetrías, sobre todo cuando se descubren mirando al sesgo.

Los espejos (los triángulos) son raros.

Pero lo son menos cuando una mirada te sostiene todo el tiempo que tu imagen permanece en ellos. Y mucho menos cuando un temblor en la comisura de un labio es más que suficiente para afianzar un compromiso. 

Separarnos a kilómetros por hora mientras nuestras miradas desaparecen del ángulo del espejo nos une hoy un poco más.




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