Tierra

Hay dos cosas que me gustan de la película Tierra, de Julio Medem. Una es el momento en el que el personaje principal dice en voz alta sin que nadie le preste atención: "¿Y a mí quién me cuida?
El personaje en cuestión está desdoblado en dos personalidades, la más sensible es la que pronuncia la frase.

La otra escena situaba a Emma Suárez en un campo labrado de Cariñena, sometida implacablemente a nuestro viento del norte hablando con la personalidad fuerte mientras la personalidad débil intenta materializarse inútilmente tocándole un pecho. No lo logra.
(En realidad mezclo Tierra con La ardilla roja, pero para el caso es lo mismo, siempre es la misma película, el mismo libro...).

Nunca lo logra. Nunca logra materializarse, nunca logra que nadie lo cuide. Es más, la personalidad fuerte logra desvincularse de la débil y la abandona para siempre.

Me parece un final absurdo. Prefiero la complejidad de los dos Ángel unidos, prefiero pensar que también los fuertes necesitan poder decir: ¿y a mí quién me cuida?

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