Una semana de vacaciones, Christine Angot

Una semana de vacaciones es una novela breve. Además de breve, casi todo lo que en ella se narra son felaciones, sodomizaciones y descripciones de pechos y coños.

Pese a todo esto y a propósito de todo ello la novela lo que provoca no es excitación sino náuseas y la repulsión mas abierta: en ella se narra el abuso sexual implacable de un adulto sobre una niña. He leído muchas críticas en las que se decía que no era abuso propiamente, puesto que la menor consentía.

Y eso me ha escandalizado mucho más que el ya de por sí revulsivo contenido de la novela.

No es necesario negarse a realizar una práctica sexual para que dicha práctica sea un abuso. Abusar es usar a alguien en beneficio propio y perjuicio de ese alguien, sobre todo si esa persona es un menor o está en una posición psicológicamente más débil.
Aun así, los que manifiestan que hay consentimiento en la novela no sé si han leído las muchas ocasiones en las que la púber protagonista del libro manifiesta que preferiría no tener relaciones sexuales. Pasar un día sin contacto físico. Si eso no es expresar claramente la disconformidad con la práctica sexual ya no sé qué lo es.

La obra y la vida de Christine Angot estuvo marcada por la relación incestuosa que mantuvo con su padre de los 14 a los 16 años. Su obra Incesto habla crudamente de ello. Una semana de vacaciones retoma el tema de un modo tan sobrio y aséptico que la convierte en pura denuncia.

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