Elegía, de Philip Roth

Hace ya bastantes días que leí Everyman, de Philip Roth, Elegía en el título español. Con esto llevaba algo de confusión porque Isabel Coixet hizo una película basada en un libro de Roth que se titulaba Elegía, pero en realidad está inspirada en El Animal Moribundo.

La novela es un relato corto y contundente. Roth dejó muy claro que quería que la portada en todas sus ediciones fuera de un negro riguroso. Y así es: negra por fuera y negra por dentro. Negrísima.
Pero honesta.
Presenta, de un modo mucho más austero y depurado que, por ejemplo, Franzen en Las Correcciones, la verdad de cada vida humana: un tránsito breve lleno de frustración, dolor y fugaces momentos de placer. Todo un clásico del tempus fugit y, en cierto modo, de la vanitas. Nos equivocamos, hacemos sufrir a los que queremos y ellos nos hacen sufrir a nosotros, nos decepcionamos mutuamente, nos aburrimos. Lo que tanto soñamos conseguir, una vez satisfecho, nos cansa. Y cuando nos queremos dar cuenta ya tenemos encima la vejez, la enfermedad y la muerte.

Pero hay algo que convierte la lectura de este libro en algo necesario para los que estamos entre los 40 y los 60. Hay algo muy sólido y contundente, lleno de luz y fuerza, que queda como aviso para navegantes después de la lectura: lo único sólido que realmente tenemos es el amor y el disfrute del cuerpo.

Imprescindible.


Comentarios

  1. Contundente... Apuntado como próxima lectura. Y me encanta leerte.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Anónimo o J.C. ;-). No me da tiempo a responder a todos tus comentarios, pero son aceptados y bienvenidos. ¡Gracias!

    ResponderEliminar
  3. No sabía que llevaba tantos, aunque tampoco se exige respuesta...pero gracias a ti por la consideración B.;)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Flag Counter

Entradas populares