Putas Asesinas y la buena o la mala literatura.

Roberto Bolaño decía que no existe la buena y la mala literatura pero como era un jodedor nato y yo ya lo conozco puedo decir que esto que dijo no se lo creía ni en sueños. 

La verdad es que yo tampoco.

En estos días me he lanzado a la lectura de 50 sombras de Grey y… no salgo de mi asombro. Si no fuera porque Luna Miguel la recomienda en su blog –y yo me fío de su criterio- ya la habría dejado, pero me puede la curiosidad por saber si el autor conseguirá cagarla aún más –lo veo difícil- o logrará salvar el constructo este. Ahí va.

La historia comienza con la presentación de una tierna, dulcísima, hermosa e inteligente estudiante de literatura inglesa del XIX de 21 años, virgen para más señas, que conoce –¡por casualidad!- a un joven, guapísimo, tío bueno, inteligentísimo, tío de 30 años multimillonario. Y se enamoran en ese absurdo primer encuentro. 

Hasta aquí nada nuevo para la novela rosa tipo Corín Tellado u otras por el estilo.

Pero lo peor ni siquiera es esto.

Lo peor es que, en lo que llevo leído, igual ha aparecido 1000 veces la onomatopeya “uau”. Igual otras mil veces han repetido la errata de no dejar un espacio después de un punto y seguido o una coma. Igual es que todas las frases de la novela son de este estilo: “Me desperezo y abro los ojos. Es una bonita mañana de mayo, con Seattle a mis pies. Uau, qué vista. Christian Grey está profundamente dormido a mi lado. Uau, qué vista.”

Sólo espero que la relación Amo/Sumisa que acaban de iniciar los personajes rompa esta dinámica absurda de la princesa rescatada por el príncipe.

En fin, debo ser una ingenua de cojones, porque a mí toda esta parafernalia disfrazada de historia morbosa no me parece más que una perpetuación de los peores estereotipos de las relaciones entre hombres y mujeres.

Al mismo tiempo, voy avanzando en la lectura de Putas asesinas, el libro más autobiográfico de Roberto Bolaño. Sé que no todo tiene que ser buena literatura de la que hace que las bragas se te caigan al suelo pero hay más densidad emocional, más pornografía existencial, en una página de Bolaño que en 50 páginas de Grey: