"¡Oh, Capitán! ¡Mi capitán!" (O por qué leer).

Cuando era joven en la literatura buscaba respuestas.
A mis 38 años conozco bien las respuestas a las preguntas que me definen como ser humano.
Ahora, la literatura que me emociona es la que tiene que ver con mi imaginario sentimental, obvio; pero sobre todo la que me plantea preguntas, la que me cizaña, la que me desestabiliza porque me sorprende con planteamientos nuevos en los que no importan tanto las repuestas como las preguntas.
Sin embargo, hoy, de repente, una respuesta a una pregunta que me ronda desde hace demasiado tiempo me ha explotado en la cara leyendo a Siri Hustvedt.
Auch. Cómo duele.

Comentarios

  1. "A mis 38 años conozco bien las respuestas a las preguntas que me definen como ser humano."

    A mis casi 50 años no conozco nada bien las respuestas a las preguntas que supuestamente me podrían definir como ser humano (si supiese realmente qué quiere decir "preguntas que me definen como ser humano", que no lo sé, de verdad). De hecho esa es una buena pregunta: qué es una "pregunta que me define"?

    Te lo tenía que decir :-)

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  2. Bueno, bueno, bueno... :-) Una pregunta interesante... y muy fácil de responder.

    Supongo que todos nos preguntamos en algún momento de nuestras vidas sobre "los grandes universales": Dios, muerte, amor, trascendencia...
    Pero estoy segura de que hay muchas preguntas, inherentes a nuestra condición humana, que no todo el mundo se hace de modo general.
    Unos nos preguntamos unas cosas. Otros, otras diferentes.
    Indudablemente, mi necesidad de responder a ciertas preguntas me define frente a otros que se preguntan cuestiones que yo quizás ni siquiera adivino o que ni me planteo. Que yo me pregunte por ciertas cosas revela mis intereses frente a lo que interesa a otros, por tanto, son preguntas que me definen.
    Por otra parte me resulta difícil creer que a tus casi 50 años no tengas bastante claras las respuestas a algunas de las preguntas de vital trascendencia en tu vida. Seguro que, por ejemplo, tienes bastante claras las respuestas sobre Dios, la muerte o la inmortalidad. Y seguro que lo que te has preguntado sobre estos temas es diferente de lo que se preguntan otros.
    Otro ejemplo: un ateo y un creyente necesariamente se hacen preguntas diferentes sobre Dios, esas inquietudes existenciales los definen y diferencian como seres humanos.
    Sócrates y su "sólo sé que no sé nada" están muy bien, pero creo que todos necesitamos tener ciertas cuestiones resueltas, acordes bien con una moral individual bien con una moral colectiva, para poder crecer como seres humanos y vivir con algo de serenidad, ¿no crees? ;-)

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