Amantes.

Llevo unos días muy entretenida leyendo los blogs de Amanda, amante al parecer satisfecha con su situación de un hombre casado. La chica de amantes sabe un rato, es inteligente, maja, y cuentas unas historias eróticas bastante edificantes.
El caso es que iba yo por la calle pensando en ella cuando me encuentro con mi amiga D, amante también de un hombre casado:
- Hombre, D, ¿cómo estás? ¿qué tal todo? ¿cómo van las cosas con "tu chico"?
- Ah, pues bien, ahora está en la playa con sus hijos y sus padres.
- Claro, claro...
- Hombre, que lo entiendo, que tiene que pasar las vacaciones con sus hijos. Su mujer está aquí trabajando.
- Claro, claro...
- Yo ya le he dicho: "como pases un sólo día de vacaciones con tu mujer, te corto los huevos".
- Jajajajajajajaja. Hostia, D, eres mortal.
- Que no tía, que no, que por ahí no paso.
- ...
- Mira, en agosto les coinciden las vacaciones, así que veremos a ver qué pasa, pero ya le he dicho: "esos días te quiero en mi casa por la mañana y por la tarde o te vas a tomar por culo", así que él verá, tanto que me dice que me quiere y que soy su amor.
- Me dejas acojonada. Estoy deseando que llegue la cena de chicas de finales de agosto para que nos cuentes.
- Que sí tía, que sí, que lo tengo muy claro.
Y es verdad: estoy deseando ver el desenlace de esta historia para ver quién de las dos, Amanda o D, a finales de agosto tiene a su amor a su lado. Sospecho que Amanda, no.