La parte de los crímenes.
Hoy, cuando me he despertado, me he dado cuenta de que llevo varios días soñando con los crímenes de Santa Teresa-Ciudad Juárez.
Me despierto cada mañana renovada, como si hubiera descansado mucho, pero no es verdad porque no me acuerdo de lo que he soñado y eso es raro en mí.
Hoy ha sido un amanecer mexicano, caliente, con calima y olor a cosas putrefactas por el calor y de repente me ha venido a la cabeza el olor de las tortillas mexicanas del desayuno, el pozole, las trescientas páginas de descripción de asesinatos y violaciones y las pesadillas que me han generado.
Bolaño sabía que se moría. Y aún así invirtió muchos días en narrar estos crímenes, perdió horas de estar con Carmen y Carolina, con Lautaro y Alexandra, por escribir esto.
¿Por qué? (Es una pregunta retórica, obviamente)
Me despierto cada mañana renovada, como si hubiera descansado mucho, pero no es verdad porque no me acuerdo de lo que he soñado y eso es raro en mí.
Hoy ha sido un amanecer mexicano, caliente, con calima y olor a cosas putrefactas por el calor y de repente me ha venido a la cabeza el olor de las tortillas mexicanas del desayuno, el pozole, las trescientas páginas de descripción de asesinatos y violaciones y las pesadillas que me han generado.
Bolaño sabía que se moría. Y aún así invirtió muchos días en narrar estos crímenes, perdió horas de estar con Carmen y Carolina, con Lautaro y Alexandra, por escribir esto.
¿Por qué? (Es una pregunta retórica, obviamente)
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