Luna y Leandro.

Luna Miguel me ha enlazado en su blog. Jo, qué ilusión me ha hecho. Leer a Luna es como asomarme a mí misma.

Cambiando de tema. O no. El otro día me encontré a un viejo amigo, hacía como diez años que no hablábamos. Era tan buen amigo, que reanudamos la conversación casi en el mismo punto. Era tan buen amigo, que sentí vértigo de la familiaridad con la que hablábamos. Cuando la intimidad con alguien traspasa ciertos límites, mientras la conversación sigue, bla, bla, bla, ves en sus ojos esa mirada que te muestra lo que tú a veces quisieras olvidar y sientes que le devuelves esa misma clase de mirada. Era tan buen amigo que la intimidad se pasó de rosca y se convirtió en un espejo insoportable.

Le pedí su número de móvil. Quizás lo llame. "Pasando el mar Leandro el animoso..."